¿Tienes acné y ya no eres adolescente? No estás sola, y sí tiene solución
- Dra. Ana Paula Flores Quijano
- 2 jun
- 2 Min. de lectura
El acné adulto existe y va más allá de una "piel sucia"
“Pensé que era algo que se quedaba en la adolescencia… ¿Por qué a mis 30 sigo teniendo brotes?” Esta frase la escuchamos todo el tiempo en consulta. Y es que el acné no discrimina edad. Afecta a adolescentes, sí, pero también a mujeres y hombres en sus 20, 30 o incluso 40 años.

Más allá del impacto físico, el acné genera ansiedad, baja autoestima y frustración. Pero entender qué lo causa (y qué no), es el primer paso para tratarlo con éxito.
¿Qué es el acné y por qué aparece?
El acné es una enfermedad inflamatoria crónica del folículo pilosebáceo (es decir, del poro), provocada por una combinación de factores:
Exceso de sebo: Las glándulas sebáceas producen más grasa de la necesaria.
Obstrucción del poro: Las células muertas no se eliminan adecuadamente y tapan los poros.
Bacterias: Cutibacterium acnes (antes P. acnes) prolifera en estos poros obstruidos.
Inflamación: La respuesta del cuerpo agrava la lesión, generando granos rojos, dolorosos o con pus.
Y sí, en adultos hay otros factores clave:
Cambios hormonales (menstruación, anticonceptivos, SOP).
Estrés crónico.
Dieta alta en azúcares simples y lácteos.
Uso incorrecto de productos cosméticos.
Tipos de acné: no todo grano es igual
Comedogénico (puntos negros y blancos): Obstrucción del poro sin inflamación.
Inflamatorio: Granitos rojos o con pus.
Quístico: Lesiones profundas, dolorosas, que pueden dejar cicatriz.
Acné fúngico (malassezia folliculitis): Erupciones similares al acné, causadas por hongos. No responde a tratamientos convencionales.
Tratamientos reales (y seguros) para el acné
En Dermastudio tratamos el acné de forma integral y personalizada, basándonos en evidencia médica y experiencia clínica. Algunos de nuestros abordajes incluyen:
1. Evaluación dermatológica profesional
Antes de recetar cremas o tratamientos, es indispensable un diagnóstico dermatológico. Muchos casos de acné persistente son mal diagnosticados o maltratados.
2. Tratamientos tópicos y orales
Retinoides, antibióticos tópicos, ácido azelaico.
En casos severos, se evalúa el uso de isotretinoína (bajo seguimiento médico estricto).
3. Tecnología complementaria
Limpiezas dermatológicas profundas (no son faciales cosméticas).
Láser y luz pulsada intensa (IPL): Reduce la inflamación y el enrojecimiento.
Peelings médicos con ácidos seleccionados para controlar el brote y mejorar la textura de la piel.
4. Seguimiento dermatológico continuo
El acné no es un “borrón y cuenta nueva”. El seguimiento es clave para evitar recaídas y secuelas como manchas o cicatrices.
Errores comunes al tratar el acné
Usar productos secantes sin supervisión.
“Explotar” granos.
Combinar demasiados activos a la vez.
Creer que el sol lo “seca”.
Cambiar constantemente de rutina o dermatólogo.
¿Cómo prevenir brotes y cuidar tu piel en casa?
Limpieza facial suave dos veces al día.
Evitar el uso de maquillaje comedogénico.
No tocar el rostro con las manos.
Usar protector solar oil free.
Incluir activos como niacinamida o ácido salicílico, pero siempre bajo orientación médica.
¿Vives con acné y sientes que nada funciona?
En Dermastudio, tu piel es nuestra prioridad. Nuestros dermatólogos especialistas te ayudarán a entender tu piel, identificar la causa real del acné y diseñar un plan que funcione para ti. Y lo más importante: te acompañamos durante todo el proceso, con ciencia, empatía y resultados reales.
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